VIC Y LA SELVA FELIZ.
Hace muchos años en un
lejano lujar de la selva vivía un leoncillo llamado Vic, era muy noble y
siempre le gustaba jugar y divertirse con sus amigos, todos los animales lo
querían; desde el tigre más feroz hasta el más inocente e indefenso pajarito,
trataba bien a todos sus amigos y le gustaba ayudar siempre a cualquiera,
intentaba buscar soluciones a cualquier dificultad y cuando venían situaciones
difíciles, mantenía la calma y no se dejaba llevar por las emociones, sino que
pensaba bien para tomar las decisiones correctas.
El sueño de Vic siempre fue
llegar a ser educador, para enseñar a todos; pequeños y grandes, por eso, se
dedicaba a estudiar y a mejorar cada día, siempre escuchaba a los demás, le
agradaba mucho oír los consejos de sus sabios padres, a quienes amaba con todo
su felino corazón.
Los pequeños animalitos iban
donde él para que les ensañara a leer y a escribir, siempre buscaba que sus
pequeños estudiantes buscaran su fuerza interior y que estuvieran seguros de sí
mismos, como lo era él.
Durante algún tiempo, el
leoncillo tuvo que viajar a otra selva, donde estaba haciendo unos importantes
estudios, extrañaba mucho a todos sus amigos, pero sabía que en cuanto
terminara sus estudios podía regresar.
El tempo pasó y Vic regresó
a casa, pero no encontró nada de aquel maravilloso lugar, sus amigos estaban
atemorizados, bajo las órdenes y tiranía de un enorme y malvado elefante que se
había ido a vivir para aquella tranquila selva.
Impresionado por la
situación, buscó la manera de reunirse con sus amigos para poder hallar una
solución al problema, todos estaban ya muy cansados de los abusos del elefante y querían unirse entre todos para
atacarlo y hacerlo marcharse y que nunca más regresara, pero Vic, que era enemigo
de la violencia les pidió que lo dejaran hablar primero con la tirana fiera.
Algunos se resistían, porque temían que el malvado elefante maltratara a su
amigo, pero Vic, terminó convenciéndolos.
El valiente leoncillo fue en
busca del elefante, quien había construido un gran castillo en lo que en algún
tiempo era el bosque donde compartían todos los otros animales.
Al llegar al lugar donde
estaba el tirano y al ver el gran tamaño
y fuerza de aquel que les había quitado la paz, se sintió atemorizado, pero su
corazón era valiente y enfrentó al elefante.
- Hola,
señor elefante, pronunció Vic.
- Qué
quieres? – respondió
- Vic,
replicó, He venido a pedirte que te vayas de nuestra selva, tú nos estás
irrespetando y abuzando de todos, estás violando nuestros derechos.
- Ahogado
de risa el elefante gritó, quién me va a obligar, si soy el más fuerte, Vic,
respondió,
- Podrás
ser más fuerte que uno de nosotros, pero no más fuerte que todos, y si nos
unimos te venceremos.
- El
elefante muy enojado quiso agredir al leoncillo, pero en ese momento todos los
animales llegaron al lugar dispuestos a vencer al malvado, quien al darse
cuenta de lo que estaba pasando, retrocedió.
- Entonces
Vic le dijo:
- Te
das cuenta, no importa lo fuerte seas, si estas solo, aquí todos nos respetamos
y queremos, pero tú, si sigues con tu corazón lleno de maldad siempre vas a
estar solo, deberías aprovechar tu fuerza para ayudar a los demás. El elefante
se sintió muy avergonzado y decidió retirarse, pero antes le pidió perdón a
todos y juró que nunca más maltrataría a
nadie, ni se aprovecharía de su tamaño y fuerza para abusar de los
demás.
- Todos
al ver lo triste y arrepentido que estaba, lo perdonaron y decidieron darle la
oportunidad de quedarse con ellos para
que por primera vez conociera la felicidad.
- Pasó
el tiempo y todos comprobaron que aquellas palabras del elefante eran sinceras
y aquella malvada y arrogante fiera, se había convertido en un animal amoroso y muy
querido.
Por: Nayrobis Villa C