jueves, 12 de junio de 2014



VIC Y LA SELVA FELIZ.

Hace muchos años en un lejano lujar de la selva vivía un leoncillo llamado Vic, era muy noble y siempre le gustaba jugar y divertirse con sus amigos, todos los animales lo querían; desde el tigre más feroz hasta el más inocente e indefenso pajarito, trataba bien a todos sus amigos y le gustaba ayudar siempre a cualquiera, intentaba buscar soluciones a cualquier dificultad y cuando venían situaciones difíciles, mantenía la calma y no se dejaba llevar por las emociones, sino que pensaba bien para tomar las decisiones correctas.
El sueño de Vic siempre fue llegar a ser educador, para enseñar a todos; pequeños y grandes, por eso, se dedicaba a estudiar y a mejorar cada día, siempre escuchaba a los demás, le agradaba mucho oír los consejos de sus sabios padres, a quienes amaba con todo su felino corazón.

Los pequeños animalitos iban donde él para que les ensañara a leer y a escribir, siempre buscaba que sus pequeños estudiantes buscaran su fuerza interior y que estuvieran seguros de sí mismos, como lo era él.
Durante algún tiempo, el leoncillo tuvo que viajar a otra selva, donde estaba haciendo unos importantes estudios, extrañaba mucho a todos sus amigos, pero sabía que en cuanto terminara sus estudios podía regresar.
El tempo pasó y Vic regresó a casa, pero no encontró nada de aquel maravilloso lugar, sus amigos estaban atemorizados, bajo las órdenes y tiranía de un enorme y malvado elefante que se había ido a vivir para aquella tranquila selva.

Impresionado por la situación, buscó la manera de reunirse con sus amigos para poder hallar una solución al problema, todos estaban ya muy cansados de los abusos del  elefante y querían unirse entre todos para atacarlo y hacerlo marcharse y que nunca más regresara, pero Vic, que era enemigo de la violencia les pidió que lo dejaran hablar primero con la tirana fiera. Algunos se resistían, porque temían que el malvado elefante maltratara a su amigo, pero Vic, terminó convenciéndolos.
El valiente leoncillo fue en busca del elefante, quien había construido un gran castillo en lo que en algún tiempo era el bosque donde compartían todos los otros animales. 

Al llegar al lugar donde estaba el tirano y al  ver el gran tamaño y fuerza de aquel que les había quitado la paz, se sintió atemorizado, pero su corazón era valiente y enfrentó al elefante.
-       Hola, señor elefante, pronunció Vic.
-       Qué quieres? – respondió
-       Vic, replicó, He venido a pedirte que te vayas de nuestra selva, tú nos estás irrespetando y abuzando de todos, estás violando nuestros derechos.
-       Ahogado de risa el elefante gritó, quién me va a obligar, si soy el más fuerte, Vic, respondió,
-       Podrás ser más fuerte que uno de nosotros, pero no más fuerte que todos, y si nos unimos te venceremos.
-       El elefante muy enojado quiso agredir al leoncillo, pero en ese momento todos los animales llegaron al lugar dispuestos a vencer al malvado, quien al darse cuenta de lo que estaba pasando, retrocedió.

-       Entonces Vic le dijo:
-       Te das cuenta, no importa lo fuerte seas, si estas solo, aquí todos nos respetamos y queremos, pero tú, si sigues con tu corazón lleno de maldad siempre vas a estar solo, deberías aprovechar tu fuerza para ayudar a los demás. El elefante se sintió muy avergonzado y decidió retirarse, pero antes le pidió perdón a todos y juró que nunca más maltrataría a  nadie, ni se aprovecharía de su tamaño y fuerza para abusar de los demás.
-       Todos al ver lo triste y arrepentido que estaba, lo perdonaron y decidieron darle la oportunidad  de quedarse con ellos para que por primera vez conociera la felicidad.
-       Pasó el tiempo y todos comprobaron que aquellas palabras del elefante eran sinceras y aquella  malvada y arrogante fiera,  se había convertido en un animal amoroso y muy querido.

                                                                                                                               Por: Nayrobis Villa C



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